Nosotros, los Amateurs

Nosotros, los Amateurs

Se leyeron cientos de mensajes donde se intenta explicar, o por lo menos dar un diagnóstico apresurado, del por qué de la crisis del fútbol salteño. Antes de dar una mirada sobre la actualidad, la idea es retratar cuatro hechos fundamentales que describen a su manera que pasa en Salta.

Cada hecho se relaciona con un club importante de la ciudad:

• Gimnasia y Tiro: en el año 2018 trajo como refuerzo al delantero Juan Manuel Cobelli que llegaba desde Ecuador. El jugador, quién se desempeña en el área rival y su objetivo es convertir goles, llegaba al Albo sin convertir anotaciones en dos años. Si, leyó bien. Fue contratado para convertir goles un jugador que no convertía en veinticuatro meses.

• Juventud Antoniana: muchos recordarán cuando un dirigente de la anterior CD había respondido, ante la pregunta de un periodista, que habían traído algunos refuerzos luego de haber observado videos de youtube. Si, el criterio de selección estaba sujeto al montaje de imágenes y jugadas realizadas por editores de video.

• Central Norte: en el año 2011 trajeron más de 20 refuerzos y a menos de seis se despidieron a cerca de 15 jugadores. Central disputaba el Torneo Argentino A con Lauría Calvo como DT, quién luego también fue despedido. Otro hecho sucedió hace poco, más precisamente en la primera fecha del Torneo Regional Amateur. El Cuervo le ganó a Peñarol y luego le quitaron los puntos por la mala inclusión del jugador paraguayo Ronaldo Martinez. ¿Qué pasó? Le faltaba un papel para estar debidamente habilitado. El árbitro les había avisado a los dirigentes de Central que el partido podía ser protestado si el delantero guaraní formaba parte del once. Se hizo oídos sordos al consejo y Central perdió esos puntos.

• San Antonio: el equipo salió campeón el año 2018 del Torneo del Interior con Martín Martos como Director Técnico y consiguió una plaza para disputar el Torneo Regional Amateur en el año 2019. Clasificó a los playoff apenas y luego del último partido el Presidente del Club escribe en su cuenta de Facebook un mensaje donde expresa que el Club es más importante que el DT y lo despide (a las horas el mensaje fue borrado). Contratan a la dupla Roldán – Velarde para afrontar los playoff y el equipo queda eliminado ante Amalia de Tucumán. San Antonio despidió al DT que trabajó con ellos por dos años aproximadamente y disputó la llave que lo dejó afuera con un cuerpo técnico que trabajó menos de 15 días.

Seguramente hay muchos otros hechos o momentos en estos cuatro clubes que mencionamos, pero lo interesante de lo detallado es identificar como los errores son diferentes y están en todas las instituciones.

¿Hacemos todo mal? ¿Todos somos responsables?

Si existe algo común en las historias que detallamos anteriormente es el rol de las Comisiones Directivas. Sin duda están en la cima de la pirámide de responsabilidades. En esas reuniones de pocos o muchos se toman las decisiones. Decisiones que muchas veces son adoptadas sin criterio profesional, motivadas por el ego y la ambición de grandeza. ¿El dirigente puede seleccionar un jugador? No. No tiene la formación ni los conocimientos profesionales para hacerlo. Puede dar su opinión, pero no puede ser él quien tenga más peso que un técnico o un preparador físico. En Salta, esto sucede, el dirigente es quién cree saber más de fútbol que aquellos que lo practicaron o estudiaron durante años.

La Comisión de Fútbol no existe en Salta. Como una estructura de conocimiento y de acción deportiva es inexistente. Hoy, las comisiones de fútbol están integradas por dirigentes y la asesoría de una persona especializada que trabaja en el Club y que generalmente forma parte del Cuerpo Técnico. Esto no se tiene en cuenta a la hora de seleccionar jugadores y en el armado de planteles a: técnicos, ex jugadores, preparadores físicos, psicólogos deportivos, etc.

Otro punto importante está en esa preparación y cuantos verdaderamente se encuentran capacitados para integrar planteles o formarlos. ¿Cuántos técnicos recibidos trabajan en los clubes?

¿Se tiene en cuenta la capacitación e idoneidad?

Son decenas los cuerpos técnicos que se repiten. Estrategas que cambian todos los años de clubes sin obtener resultados distintos. A la no existencia de un proyecto, se suma la complicidad de esos técnicos en pos de una salida laboral.

¿Y los jugadores? Son rehenes del sistema y a la vez, algunos de ellos, responsables. Los más grandes y refuerzos generan espacios de poder en los vestuarios. Eso afecta a los grupos y a las relaciones entre los cuerpos técnicos y las comisiones directivas. Existen ciertos “códigos” internos del fútbol que funcionan como una muralla a la hora de analizar procesos y hasta condiciones de contratación. ¿Cuántos jugadores rotan por los clubes de la mano de un mismo técnico? ¿Cuántos jugadores “manejan” un vestuario y tienen la facultad de decidir por el conjunto de un plantel?

Salta tiene muchos valores nuevos, en equipos de primera división se encuentran los mejores en sus reservas y equipos titulares, existe el material, aunque profundizar sobre el trabajo en Divisiones Inferiores también debe ser una prioridad, pero para otra nota. ¿Por qué? Los jugadores que poseen futuro prefieren apostar en equipos que sean vidriera. Si los clubes más importantes de Salta están en torneos amateurs, la posibilidad es nula. Por ende, lo mejor se va y con suerte volverán a disputar torneos de cuarta o quinta categoría.
¿Qué pasa con los socios e hinchas?

Si colocamos en la cima de la pirámide de responsabilidades a los dirigentes, es porque llegaron de la mano del voto del socio. Lógicamente cada Institución tiene sus contextos de elecciones y sus propias dinámicas. Pero el socio es quién posee la misión de elegir a quién será el encargado de gestionar recursos para gobernar una institución. Porque esa debería ser la principal función del dirigente, gestionar. No elegir jugadores ni presionar sobre los procesos. Entonces el socio tendría que involucrarse más en la vida institucional. Ser parte activa. Pedir rendiciones, conocer sobre contratos de trabajo, movimientos financieros. El Club es de los socios, ellos deben tomar esa responsabilidad y hacerla bandera.
En relación al hincha, Salta es muy especial. Lo vimos hace algunas horas con River Plate. El Estadio Martearena explotó con entradas agotadas a precios altos. Si bien es cierto que los pocos logros futbolísticos en Salta no invitan a multitudes a acompañar a los equipos, el fútbol espectáculo caló hondo en el sentido de pertenencia. El hincha salteño, es primeramente un fan de un Club de Buenos Aires, para luego simpatizar por los colores de un equipo local. Esa poca identificación se nota en las asistencias a las canchas. Y no olvidemos que las recaudaciones son fundamentales para los armados de los proyectos y planteles en las temporadas. Sin público en las tribunas no hay presupuesto.

¿Alguien más “tiene la culpa”?

Hay muchos actores que forman parte del fútbol como práctica deportiva y también como un espacio social, cultural y político. A los dirigentes, jugadores, técnicos, socios e hinchas también se suman los periodistas y funcionarios del gobierno.

El periodismo salteño posee una cuota de protagonismo en la crítica situación actual. A través de los diferentes medios se produce sentido, o sea, se establecen opiniones, significados, imaginarios. Muchas veces voluntarios y otras veces no, los mensajes repercuten en los otros actores del fútbol. Una tapa de un diario, una editorial radial o televisiva y hasta las publicaciones en redes sociales pueden generar grandes conflictos. Se busca la magnificación del drama, por sobre el análisis táctico y técnico. Es lógico que no todos los programas y medios utilicen la misma estrategia. Pero el rol del comunicador también debe ser discutido, no es ajeno a lo que sucede. La comunicación debe ser responsable.

El papel del gobierno no puede estar ajeno. Todos los años se entregan subsidios a los clubes de toda la provincia y aunque pueda ser discutible esa acción, debería existir una suerte de control para conocer sobre los gastos y la utilización de ese dinero. Del dinero que ingresa del Estado, ¿cuánto va para un jugador de afuera y cuanto para uno local? Por otro lado, la presencia de actores políticos en la vida institucional de los clubes debe desaparecer. No es un pensamiento ingenuo no reconocer la estrecha relación entre la política y los clubes de fútbol, pero a la vista están los resultados de la utilización del popular deporte como un trampolín y una exposición masiva.

¿Hay solución?

Lógicamente que la hay. El salteño es futbolero. Cada año los campeonatos y torneos barriales, infantiles, femeninos y de veteranos son más importantes. El mensaje es claro, se vislumbra una posibilidad, es real. Pero debe ser analizada a fondo. Con todos los actores sociales que forman parte del mundo del fútbol; tanto los detallados anteriormente como la Liga Salteña de Fútbol como entidad madre o hasta los grupos violentos que forman parte del entramado cultural de cada Institución.

Todos, absolutamente todos deben sentarse y pensar en que queremos. Las únicas dos palabras que deben motivar el nuevo horizonte son “proyecto y planificación”. Se habla mucho de proyecto de forma liviana, pero la realidad es que nadie sostiene un trabajo a largo plazo. El resultado se posa sobre cualquier forma de trabajo seria.
Y luego encontramos la planificación. ¿Quién planifica en el fútbol salteño? Nadie. Ningún club lo hace. Y no se trata de programar el trabajo de un semestre o un año, se trata de pensar a futuro y de trabajar para llegar a una situación deseada.

Pero lo primero es lo más difícil y es el sinceramiento. ¿Sincerarnos de qué? De que hicimos todo mal. Y que lo seguimos haciendo mal. ¿Queremos cambiar? Entonces cambiemos. No solo en el accionar sino también en la cabeza. De lo contrario seguiremos viendo fútbol de categoría y de primera en torneos de verano o Copa Argentina, mientras los clubes locales se hunden en el amateurismo.

Escrita: Por Juan José Vargas para Realidad Deportiva 

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