Historia, una palabra que engloba muchas otras que sin duda son de relevancia, no sólo para el béisbol argentino, sino para todos los que hacen vida deportiva en esta gran nación.
La Liga Argentina de Béisbol, terminó su segunda temporada con una participación en la Serie Latinoamericana de béisbol que deja conclusiones positivas y que dan un golpe importante sobre la mesa de quienes dirigen el juego de las 4 esquinas en territorio gaucho.
¿Qué se ganó en Veracruz? Es una pregunta básica que nos debemos hacer para proyectar el crecimiento de nuestras delegaciones. Argentina sin duda ganó en experiencia y mentalidad, factores que según los entendidos, marcan la diferencia entre un deportista notable y un deportista del montón.
El pelotero argentino que participó en la Serie Latinoamericana no es el mismo de hace una semana. El hecho de enfrentar a Grandes Ligas, ya supone un aprendizaje y hace duro mentalmente a quien lo enfrenta.
Jugadores como Agustín Tissera, campo corto de Argentina, Jacinto Cipriotta, segunda base titular de Falcons, Eduardo Zubriggen, cuarto bate de la selección gaucha y Leandro Juárez, tercera base de Cóndores, hoy por sus experiencias adquiridas y liderazgo, son los encargados de transmitir confianza, seguridad y aplomo al resto de sus colegas en la campaña 2019 de la LAB.
Tal vez, este grupo de peloteros sea el único que haciendo vida en la pelota argentina pueden darse el tupé de haber enfrentado a peloteros con más de 10 años jugando ligas menores.
Es preciso pensar en frío todo lo que ha logrado el combinado que dignamente representó a Argentina, éste grupo debe proyectarse nuevas metas por conquistar.
Si hay algo que debe cambiar el jugador y la dirigencia argentina es sentirse menos que el rival; el béisbol tiene la virtud de poder jugar de tú a tú con los que son llamados “mejores” y tener la oportunidad de derrotarles. Para beneplácito del argentino ya hay un precedente y fue el pasado sábado 26 de enero cuando Argentina como debutante, blanqueó en 10 entradas al campeón mexicano.
Pero, cómo olvidar el pasado 30 de enero, fecha en la que Argentina obtuvo su segundo lauro, con blanqueada y con 9 carreras a favor ante “México 2”. No es poca cosa.
Este grupo debe hacerle recordar a sus dirigentes que sí pueden derrotar a los experimentados, y eso se logra en el terreno de juego. Sólo falta cambiar ese chip, porque las prestaciones y habilidades para afrontar el juego existen y son poseídas por cada integrante que viste la camisa de Argentina. Sólo hay que creerlo posible.
Lo anterior, es una afirmación que va en todos los renglones y órdenes que hacen posible que haya progreso en el deporte local.
Las provincias de Córdoba y Salta, le están dictando la pauta a Buenos Aires de cuál es el camino correcta a transitar; bien lo dijo Rolando “Rana” Arnedo, manager del equipo grande de la Federación Argentina de Béisbol durante la final de la LAB, “Los chicos están jugando seguido, ese detalle es importante porque estarán listos siempre. Sería interesante que la Liga Argentina de Béisbol llegara Buenos Aires donde hay una suma importante de peloteros”.
El clamor de toda la comunidad argentina de béisbol es que la LAB llegue al Estadio Nacional de Ezeiza, para que todos, de manera mancomunada caminen juntos hacia el objetivo de jugar un Clásico Mundial de Béisbol y de empezar a exportar argentinos a la MLB.
DIOGENES NAZAR
Periodista Deportivo